Chilpancingo, Gro. En el contexto del Día Internacional de la Mujer, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña (CDHM) Tlachinollan, denunció que en medio de la espiral de violencia que se vive en Guerrero, las mujeres son las más vulnerables, por la falta de protección de autoridades estatales, donde las múltiples alertas de género evidencian “una desatención descomunal”.
En un balance que hace del último sexenio en materia de seguridad y derechos humanos, explicó que a las mujeres “lejos de hacer justicia, se les criminaliza, ante la indiferencia de los ministerios públicos. Y pese a un clima adverso, han sobrevivido y muchas han sido víctimas de feminicidio en un perjudicado sistema de justicia y terrible inseguridad”.
Es alarmante la falta de protección, explicó Tlachinollan, pues datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican que más de 5 mil feminicidios se perpetraron durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, al menos 100 ocurrieron en Guerrero.
Los colectivos conformados por familiares y víctimas son la expresión de la violencia y de la impunidad imparables. Las madres buscadoras son las que están en la línea de fuego increpando la inacción de las autoridades que impiden avanzar en las búsquedas y en las investigaciones de las personas desaparecidas”, precisó.
La crisis de los derechos humanos en nuestro país se plasma también en estadísticas oficiales señaló el Centro Tlachinollan, “sólo en el sexenio de López Obrador, se contabilizaron 53 mil 500 personas desaparecidas, de ese total, el 76.24 por ciento unos 40 mil 789, son hombres; 23.5 por ciento son mujeres 12 mil 572 y el 0.26 por ciento, son 139 personas que se ubican dentro de una categoría indeterminada.
En Guerrero, según Tlachinollan: “hay mil 168 hombres y 262 mujeres desaparecidas. Los municipios con mayor número de personas ausentes son Acapulco con 480; Chilpancingo con 162; Iguala con 95; Chilapa con 74 y Taxco con 76.
Del 1° de octubre al 9 de diciembre de 2024, los dos primeros meses del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a nivel nacional sumaron 867 mujeres y mil 910 hombres desaparecidos. En Guerrero fueron 24 personas del sexo masculino y 15 del femenino.
Los municipios donde más se acrecienta esta problemática son: Tlapa, Acatepec, Malinaltepec y Tlacoapa, donde fueron reportadas cuatro mujeres y tres hombres como desaparecidos en los primeros 70 días del nuevo sexenio”.
Otro dato del SESNSP reveló que de diciembre de 2018 a septiembre de 2024, de los 188 mil 994 homicidios dolosos cometidos en el país, 9 mil 224 ocurrieron en Guerrero, lo que significa que al día se perpetraron 5.2 asesinatos.
En el primer mes del sexenio de Sheinbaum Pardo se registraron a nivel nacional 2 mil 564 crímenes, 204 en la entidad guerrerense. Lo inaudito es que “no hay sentencias contra los perpetradores de los crímenes”, acusa la agrupación.
Tlachinollan puntualizó que existe una crisis de los derechos humanos que “los gobiernos no pueden seguir ignorando. Es importante esclarecer los casos de desapariciones forzadas de personas del pasado, y el presente en nuestro estado. Generar acciones efectivas para erradicar la violencia contra las mujeres, y que no se sigan repitiendo los feminicidios.
Aseveró que la estrategia de seguridad debe repensarse con el fin de proteger a las ciudadanas y ciudadanos sin militarizar la geografía guerrerense. Es importante respetar los derechos humanos para no socavar la democracia, de lo contrario, en lugar de esperanzas las autoridades seguirán sembrando el terror de Estado”.
Las historias
Dominga: A seis años de ausencia claman justicia
Dominga era del pueblo Ñuu´Savi, originaria de Metlatónoc. Nació el 15 de octubre de 1991 bajo las espesas nubes que abrazan las montañas. En los últimos años radicaba en Tlapa. Tenía un niño de 10 años de su primer matrimonio.
Dominga tenía una relación de pareja con Hermelindo N, un hombre mayor con quien vivió más de dos años. A pesar de que estaban en la misma casa, sus papás de la tercera edad, no se percataron de la violencia física que ejercía sobre ella, era celoso, posesivo y violento.
Una ocasión no sólo la maltrató verbalmente, sino que la golpeó y la dejó tirada en el piso de tierra. Tuvieron que pedir ayuda a la policía estatal y el agresor fue detenido.
La pareja se separó, pero Dominga no quiso presentar cargos por miedo a las represalias, pues constantemente la amenazaba con hacerle daño.
Luego de un mes, Hermelindo insistía en ver a Dominga. El 17 de febrero de 2019 entró una llamada a su celular era su ex pareja. Acordaron verse y se trasladaron a una casa de huéspedes en la carretera Tlapa-Chilapa, donde pasaron la noche.
Al siguiente día por la mañana, el personal encontró sin vida a Dominga. Fue asfixiada.
Tras cinco años del feminicidio, el 8 de julio de 2024 vincularon a proceso a Hermelindo, por el delito de feminicidio. Actualmente se encuentra detenido. La lucha de sus padres, monolingües de la lengua Tu´un Savi, fue inclaudicable para buscar justicia.
Dominga tendría 33 años, este 17 de febrero se cumplieron seis años de su feminicidio. El camino de la justicia sigue y “no vamos a parar hasta que haya una sentencia contra el que asesinó a nuestra hija”, dijeron sus padres.
Abigail quería ser maestra, pero le cortaron las alas
Abigail joven indígena nahua originaria de San Lázaro, municipio de Olinalá, tenía 16 años. Su sueño era ser maestra. En su comunidad sólo había una primaria, así que tenía que caminar más de un kilómetro a Temalacatzingo todos los días, para estudiar en el colegio de bachilleres, donde cursaba el primer año.
El lunes 25 de septiembre de 2006, Abi venía de regreso de la escuela, cuando en su camino encontró a cuatro vecinos ebrios, uno era su tío. A la fuerza fue llevada a una casa abandonada, donde fue víctima de violencia sexual y múltiples golpes en el cuerpo. La privaron de la vida de manera brutal.
Sus familiares se preocuparon porque no había llegado a la hora que siempre lo hacía. Las horas pasaban con la incertidumbre y decidieron realizar una búsqueda por los caminos para dar con su paradero. Acudieron con las autoridades, pero sólo la revictimizaron. A pesar de la enorme omisión de las autoridades sus padres no desistieron. Siguieron buscando a su hija. Días después encontraron su cuerpo.
Los agresores fueron procesados, actualmente tres de ellos cumplen una condena de 60 años de prisión por el delito de homicidio calificado y violación tumultuaria, en el sistema tradicional. El feminicidio de Abigail conmocionó a toda la comunidad, dejó consigo una herida que a 18 años continúa el dolor en sus corazones”.
Foto Tlachinollan
Griselda: “Sus alumnos quedaron sin maestra, sus papás sin una hija y yo sin mi amiga”
Griselda de 29 años originaria de Tlacuiloya, municipio de Tlapa, del pueblo indígena nahua. Estudió para ser maestra de inglés por sus propios medios, ahí conoció a su novio, su relación la formalizaron en noviembre de 2023, meses después se fueron a vivir a casa de uno de sus hermanos.
En enero de 2024, el novio la convenció de irse a rentar un cuarto. El 22 de febrero, ella regresaba de su comunidad donde laboraba, cuando se comunicó con su amiga para decirle que ya había terminado definitivamente con su novio, porque la había golpeado hasta provocarle lesiones en el cuerpo.
Ese día, a su pareja no le tembló la mano para sostener el cuchillo y asesinarla con veintinueve lesiones, la herida en el cuello fue mortal.
Pese a las movilizaciones y demandas de colectivas feministas para dar con el paradero del feminicida a la fecha nada se sabe de los avances de este caso.
Aurelia: 10 años de impunidad
Aurelia, tenía 27 años, y era originaria de la comunidad nahua de Ayotzinapa, municipio de Tlapa, Guerrero. La pobreza la orilló a trabajar desde niña con su mamá en los campos agrícolas.
Vivió un tiempo con su esposo y procrearon a dos hijos. Sin embargo, la violencia aumentó en su hogar, su pareja la maltrataba verbalmente y la golpeaba seguido.
Cuando las agresiones llegaron al clímax, Aurelia decidió separarse. Su ex iracundo la amenazó con quitarle a sus hijos. Tuvo que acudir al DIF municipal de Tlapa para demandarlo por la pensión de sus niños.
El 22 de septiembre de 2014 firmaron un acuerdo donde se comprometía a dar 800 pesos y la convivencia. Sin embargo, prefirió llevarse a sus hijos, donde vivía con otra mujer, para no pagarla.
Un día, el sujeto le llamó por teléfono en la caseta del pueblo para decirle que su niño mayor de cinco años estaba enfermo y quería verla.
Aurelia se preocupó y como pudo se fue. Al regresar no le dio al niño mayor, sólo trajo en brazos al de dos años, pero nunca llegó a su casa.
El 20 de julio de 2015, Aurelia fue encontrada tirada cerca del crucero de Ayotzinapa. Tenía el tiro de gracia en la cabeza. Fue una noche lluviosa que duró hasta la madrugada. Su niño de dos años se encontraba pegado a sus brazos, moribundo por el frío.
Actualmente, su hijo, quien fue testigo, tiene 11 años y vive con su abuela. A casi una década del feminicidio aún no hay castigo para el responsable. El feminicida se pasea impunemente por las calles. Las autoridades no investigan, dejaron en el olvido el caso.
Foto Tlachinollan
Flor y el túnel de interminable de violencia que vivió
“Flor, originaria de la comunidad Me’phaa de Loma Tuza, municipio de Acatepec. Tenía 23 años y dos hijas de 5 y 3 años.
Ante la violencia machista, Flor se separó de Marcelino porque siempre la golpeaba. En agosto de 2014 acudió a la sindicatura de Acatepec para solicitar los gastos de alimentos para sus hijas. Su ex pareja estaba muy molesto porque lo había demandado y no estaba de acuerdo con darle pensión. Sin embargo, acordaron la cantidad de dos mil pesos mensuales. Al salir del ayuntamiento, Flor recibió amenazas directas por su osadía.
Días después escuchaban por la radio que su esposo hablaba con detalles cómo la iba a matar. Con miedo, Flor cuidaba a sus dos pequeñas hijas.
La tarde del 24 de agosto, una fuerte lluvia caía, pero tenía que ir a la clínica por una papilla. El aguacero no paraba cuando iba de regreso a la casa de su mamá, y Catalina, sin más alternativa, tomó el camino a donde vivía con su ex pareja para pasar la noche. No se percató de que él la seguía acompañado de tres personas.
Había pasado media hora de haber llegado cuando entraron los agresores y la agredieron sexualmente de manera tumultuaria y con mucha saña la asesinaron con un martillo.
Una de sus hijas lloraba detrás de ella, pero con un golpe su padre la azotó contra la pared, le provocó un traumatismo craneal.
Marcelino cumple una condena por el delito de feminicidio de 30 años de prisión. Es el primer caso en la región de la Montaña que se juzga por el delito de feminicidio en el sistema tradicional.
En todo el proceso se desencadenaron una serie de amenazas contra los familiares de Flor. Pese a ello, su madre Catalina nunca se arredró, al contrario, con más fuerza exigió justicia.
Mary Tere: no fue homicidio, fue feminicidio
“Mary Tere, originaria y vecina de Tlapa, Guerrero. Tenía 22 años. El 16 de enero de 2016 su esposo la golpeó hasta que la dejó ensangrentada. Corrió a la calle para salvarse, pero las agresiones con arma blanca siguieron hasta que fue asesinada. Su niña de siete años fue testigo del atroz crimen.
La carpeta de investigación la iniciaron por delito de homicidio. A pesar de que su niña acudió ante el tribunal para dar su testimonio, donde eran evidentes las razones de género, no la tomaron en cuenta. El agresor está tras las rejas, pero no fue condenado por feminicidio”.