SI ALGO FALTABA para dar legitimidad y fuerza a la elección del nuevo Poder Judicial en México, era que la descalificara la Organización de Estados Americanos (OEA).
ES MUY PROBABLE que la agonía manifiesta del que se ha considerado el brazo político de las agencias tóxicas de los gobiernos de Estados Unidos, fundado en 1948, haya empezado en 1962 con la expulsión de Cuba de la organización, pero en años recientes, al mando de Luis Almagro perdió todas sus razones de ser.
LOS PECADOS DE la OEA son muchos, pero algunos resultan imperdonables. En las tres últimas décadas del siglo pasado cerró los ojos frente a las atrocidades cometidas por Estados Unidos en contra de los países del continente. En 1973, el golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende en Chile; en 1989, la invasión a Panamá, y al empezar el XXI, el silencio cómplice del golpe en contra de Hugo Chávez en Venezuela son algunas vergüenzas con las que carga esta institución venida a menos.
NO ES POSIBLE olvidar que para el comandante Fidel Castro la OEA no era otra cosa que “el ministerio de las colonias”, calificación bien ganada si se consulta a los autores de muchos estudios sobre la vida del organismo al que significan por seguir a pie juntillas los dictados de la Doctrina Monroe: “América para los americanos”, y con eso las violaciones a los derechos humanos y las injusticias que se cometieron en nombre de una democracia enferma.
HACE YA CASI un año, México anunció que no participaría en una reunión de la OEA que se efectuaría para calificar las elecciones en Venezuela, “sería mucho intervencionismo”, dijo entonces el presidente Andrés Manuel López Obrador. Era muy descarado el apoyo del organismo, es decir, de su principal cabeza, Almagro, en apoyo a los candidatos contrarios al gobierno de Maduro, el mandatario venezolano.
ANTES, EN MAYO de 2023, López Obrador pidió su desaparición. “¿Saben ustedes que haya hecho algo bueno la OEA?”, preguntó entonces. Antes, en 2021, en la cumbre de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el presidente propuso sustituir a la OEA por un organismo que “no sea lacayo de nadie” y con eso evitar el intervencionismo con el que actúa, pues cambió de mando, pero al parecer no de ideología.
OTRA VEZ LA misma OEA, llena de desprestigio, se une a las voces de la derecha mexicana e interviene en los asuntos internos como la elección para la reforma al Poder Judicial al “recomendar” no replicarla en ningún lugar, en ningún país, por podrida que esté la instancia, así que seguramente recomendará imponer la corrupción como método para lograr justicia.
CONOCER LA FORMA de actuar de esta otra agencia de Estados Unidos es importante para entender por qué se queja, por qué descalifica y cómo pretende engañar a la realidad sustentándose en el olvido y en la desmemoria para lograr sus fines. Así que esta vez acordémonos de qué es la OEA y a qué intereses sirve para saber quién nos condena, nada más.
De pasadita
LA REDADA EN contra de mexicanos, principalmente en la ciudad de Los Ángeles el fin de semana que pasó, y la nula reacción de Morena frente al hecho, nos confirma la inutilidad de ese partido frente a los grandes problemas del país y su quehacer único: ganar elecciones a como dé lugar.
MUCHAS VOCES SE levantaron desde el viernes pasado en contra del accionar de la policía en la ciudad santuario para la migración, muchas de ellas de los integrantes del congreso local por la terrible represión en contra de los migrantes, pero del partido en el poder en México, señoras y señores, nada.
TAL VEZ LO que pasa es que Durango esta primero. Ni hablar.